El perturbador contrato de un asistente sexual

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De medio cuerpo se ve a una mujer con vestido muy corto recostada en el regazo de un hombre en silla de ruedas eléctrica

Imagínese que sobre su nariz se pare una mosca, y que usted no pueda mover su cuerpo para espantarla, deberá pedir a alguien que lo ayude: lo asista. Esto quizá pueda darle una idea de lo que experimentan todos los días muchas personas con discapacidad, y no solo en esto, sino, aplicado a todo su universo, comer, acostarse, cambiar de posición, y porque no: su sexualidad.

La asistencia sexual para personas con diversidad funcional empieza a llegar lentamente a los países latinoamericanos y aunque hay infinidad de opiniones al respecto, no solo de las personas con discapacidad o de la sociedad, empiezan a escucharse las voces de quienes ponen en práctica la asistencia.

Este es el caso de Sofia y Caryna quienes en una entrevista franca y desinhibida, relatan sus experiencias y forma de ver su trabajo como asistentes sexuales de personas con discapacidad en Argentina.

En la entrevista refieren que debe haber una general accesibilidad al placer, que no debiese ser selectivo y atado a reglas aprendidas, mientras enfatizan cómo la sociedad infantiliza a las personas con diversidad funcional, vedándoles el derecho a su sexualidad.  

Otra opinión que dan las entrevistadas es que solo para quienes están afuera del trato, es perturbador el contrato del servicio sexual entre adultos.

ASODISPRO

Personas Productivas con Discapacidad

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