Kristopher Boesen, de 21 años, colisionó su auto mientras conducía por una carretera mojada. Golpeó un árbol y luego se estrelló contra un poste telefónico.
El accidente causó graves daños a la médula espinal de Boesen, y después de que Boesen llegó al hospital, los médicos le dijeron que lo más probable sería que se paralizara su cuerpo del cuello para abajo, que adquiriría tetraplejía.
"No podía beber", dijo Boesen, a través de FOX5. “No pude alimentarme. No podía enviar mensajes de texto o, prácticamente, no hacer nada. Básicamente solo existía. Realmente no estaba viviendo mi vida".
Sin embargo, no toda la esperanza se perdió, como pronto descubrieron Boesen y sus padres. Aunque la recuperación estaba lejos de ser segura, los médicos informaron a su padre, Rodney Boesen, de una nueva cirugía experimental con células madre, que podría restaurar el uso de sus manos y brazos, y él aprovechó la oportunidad para que su hijo se sometiera a la cirugía.
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"Estaba extremadamente emocionado por tener la oportunidad de intentar hacer algo para mejorar en ese momento", dijo el padre.
El nuevo procedimiento con células madre, llamado AST-OPC1, todavía era un ensayo clínico en etapa inicial. Tenía criterios establecidos que debían cumplirse para someterse al procedimiento: la cirugía debía realizarse dentro de los 30 días posteriores a la lesión después de dos semanas iniciales, y el paciente tendría que estar lo suficientemente estable para la operación.
Este procedimiento ayudará a determinar si el tratamiento fue seguro y efectivo, y podría tener enormes ramificaciones en el futuro para pacientes con lesiones medulares graves.
"Los pacientes que sufren estas discapacidades quieren más que nada hacer algo por sí mismos", dijo el Dr. Charles Liu, director del Centro de Neurorestauración de la USC. “Quieren ser más independientes, menos dependientes. Nos hace apreciar a todos lo importante que es que podamos hacer estas cosas”.
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El joven calificó para el procedimiento
El Dr. Liu dirigió un equipo quirúrgico y realizaron una operación a principios de abril de 2016 (el accidente fue el 6 de marzo). Con extremo cuidado, inyectaron 10 millones de células madre directamente en la médula espinal cervical dañada del joven. La operación fue un éxito.
Sorprendentemente, el joven Boesen comenzó a mostrar signos de mejoría a las dos semanas de su cirugía. Después de tres meses, el joven Boesen no solo pudo moverse, sino que también pudo alimentarse, escribir su nombre, usar una silla de ruedas eléctrica y usar un teléfono celular.
“Si estuviera allí y pudiera agradecerles”, dijo Boesen, “Les diría, gracias por devolverme la vida. Gracias por permitirme vivir mi vida otra vez".
Boesen puede saludar a sus seres queridos con un abrazo gracias a su terapia, sin mencionar a todos los que lo hicieron posible.
Aunque los médicos continuarán monitoreando al joven cada pocos meses en el futuro —ha tenido varias evaluaciones hasta ahora— ahora hay muchas esperanzas en el corazón de este joven y el de miles de afectados por lesiones medulares altas.
Fuentes:
The Epoch Times
Univisión Los Ángeles
Redacción/Investigación:
Marisol Díaz
Diseño/Edición
Ana González
ASODISPRO
Personas Productivas con Discapacidad